En el Moulin de la Galette (3)

Alba y Clara no son hermanas, aunque cualquiera que no las conozca podría pensarlo.
Alba y Clara son primas lejanas. Las dos son huérfanas, las dos viven en casa de su abuela, aunque en realidad la Señora Concepción no es abuela de las dos.
Alba es nieta directa, como la señora Concepción dice cuando tiene visitas que no conocen la historia de su familia. Alba es la única hija de su hija la mayor, su pobre Antonieta, que mira que era guaoa y mira que fue desgraciada en el amor. Y segun dice la Señora Concepción, Alba es la viva imagen de su madre: sus mismos ojos, y la misma manera de reir, "mire usted si se parece a mi pobre Antonieta, que si la oigo reir en el la habitación de al lado, me recorre un escalofrío pensando que es mi querida hija que ha vuelto"
Clara es nieta indirecta, o lo que es lo mismo, es nieta de su difunto segundo marido, que cuando se casaron aportó dos hijos ya criados al matrimonio (ella ya había perdido a su pobre Antonieta) de los que la señora Concepción apenas tuvo noticias hasta que uno de esos hijos le dejó a esa niña a la que criaba en memoria de su difunto segundo esposo, igual (o casi) que criaba a su nieta directa, como ella decía.
Alba y Clara parecen hermanas porque siempre van juntas a todas partes; la orfandad y vivir bajo el mismo techo, bajo las estrictas nornas de la abuela Concepción las han hecho muy parecidas de caracter, o eso es lo que piensan los que las acaban de conocer. Las dos tienen el mismo estilo sobrio en el vestir que su abuela les ha inculcado desde pequeñas; las dos bajan los ojos de la misma manera cuando son presentadas; las dos dependen de la otra de igual manera.
Pero también hay diferencias si uno se detiene a mirarlas. Porque Alba, aunque es mas joven, es mas segura de sí misma, cuando ella baja los ojos no es por vergüenza, como le pasa a Clara, ella los baja porque le han enseñado que hay que hacerlo así, pero en su mirada baja se intuye ña convencionalidad de su gesto, que dista mucho de ser sincero. Alba tiene sueños que no le cuenta ni a Clara. Sueña con grandes viajes, con conocimientos adquiridos mediante el estudio y con una vida dedicada a algo mas elevado que a bordar y aprender a tocar el piano. Clara sin embargo es timida por naturaleza, ella baja los ojos por instinto, y al contrario que Alba, los levanta sólo porque sabe que sería una falta de educación no hacerlo.
Clara se apoya en Alba, que con su desparpajo y su soltura suple la suya y la de ella, y que con una leve presión en su mano consigue tranquilizarla.
Míralas, hablando con Carlos, un joven estudiante de derecho que viene puntual cada tarde de domingo con la única esperanza de hablar con ellas. Observándolos a los tres, cualquiera diría que Carlos corteja a Alba, que es la responde a todas sus preguntas, que es la presta atención a sus palabras, mientras Clara con su vestido a rayas permanece sentada, escuchando, pero sin decir nada. Pero en realidad Carlos está enamorado de Clara, y Clara le corresponde. Se escriben cartas hace ya tres semanas, pero Clara es tan tímida que cuando lo tiene delante, no habla. Por eso Alba permanece con ellos, respondiendo a las preguntas que Carlos le hace a su prima, sabiendo como es ella (la conoce casi tanto como a sí misma) y por eso deja de lado a sus propios enamorados en favor del enamorado de Clara... Sabe que Clara poco a poco irá cogiendo confianza, que dentro de poco podrá dejarlos solos... Mientras tanto, asume su papel de carabina y con una leve presión de su mano en la mano de su prima, consigue que ésta se tranquilice y disfrute del momento que de otro modo arruinarían los nervios.

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