Se sentó sin quitarse las gafas, lo que me hizo sospechar que la tristeza en sus ojos era tan inevitable que prefería esconderlos tras la oscuridad de los cristales, para no tener que esforzarse en fingir sonrisas enteras para mi (que de sobra es sabido que es más fácil sonreir con los labios que con los ojos)
Yo aquel día tampoco estaba muy animada, un par de pequeños dramas, de esos que tres días después ya no parecen dramas, me hacían plantearme una bipolaridad no diagnosticada, y oscurecían un día que en realidad era soleado.
- Crees que somos como creemos o como los demás creen que somos?- preguntó Mara
- Creo que somos una suma entre lo uno y lo otro... Lo que creemos que somos, y lo que los demás creen?
- En que proporción?
- Ahí seguramente radica la dificultad. Lo fácil sería decir que mitad y mitad, pero no olvides que al fin y al cabo, los demás lo único que perciben es lo que nosotros les dejamos ver, no pueden ver el todo, y esa parte que mostramos, además de parcial es facilmente manipulable.
- Y las personas a las que no pretendemos mostrar nada pero aún así se forman ideas equivocadas de nosotras? Y las personas que creen conocernos, pero al intentar explicarnos demuestran no saber nada de nada?
- Es complicado... - dije totalmente perdida
- Como todo.
- Cierto, pero según eso, no podemos ser la suma de las impresiones de las personas que no conocemos, mezcladas con las de las personas que nos conocen pero no lograron entendernos, lo que nosotras mismas creemos y los errores de según que actitudes o acciones que pretendiendo ser una cosa, resultaron ser otra.
- Me estoy liando.
- Y yo.- dije, aunque lo cierto era que empezaba a entender algo...
- Pues vuelvo a mi pregunta: Somos como creemos o como los demás creen que somos?
- Somos como creemos, el resto es percepción, nadie conoce a nadie y como decía Sartre, si dos están de acuerdo es que ha habido un malentendido.
- Eso es totalmente opuesto a lo que me has dicho al principio.
- Cierto, pero es que creo que si en verdad fueramos una suma entre lo que creemos que somos y lo que los demás creen, no seríamos... no sé como explicarlo. Porque lo que los demás piensen no debe importarnos si estamos seguros de lo que somos en realidad. Y se puede saber a que viene esta conversación que roza la filosofía de andar por casa.
- A que últimamente el reflejo que veo de mi misma en los ojos de los demás no siempre corresponde con lo que creía que veían. Y aunque al principio estaba segura de saber como era, tantos cambios de perspectiva me han hecho plantearme que quizás no soy como creo que soy (sino mucho peor) y que ellos tienen razón y yo no.
- No acabo de entenderte, Mara.
- Crees que toda cara tiene su cruz?
- Sí.
- Y que toda virtud tiene su reverso en un defecto?
- Puede ser.
- Pues entonces creo que todo lo que yo creía virtudes son en realidad defectos que me he escondido a mí misma por instinto de supervivencia.
- Yo creo que sólo tú sabes como eres en realidad... No hagas caso a los que pretendan explicarte como eres... Eso nunca es sano... Te lo digo yo, que hace tiempo me perdí a mí misma y me costó años volver a encontrarme.
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