Desnudo


   Es curioso que no sea capaz de recordar lo que cené ayer, pero recuerde casi cada detalle de aquellos días de hace ya mas de cincuenta años, cuando él me pidió que posase para él.
   De hecho incluso recuerdo el momento preciso en que pidió pintarme, no me lo pensé, dije que sí casi sorprendiendome a mí misma, sin dejarle que acabase de pronunciar toda la frase. Recuerdo que guardó silencio un par de minutos y me dijo sin mirarme a los ojos que quería pintarme completamente desnuda.
   El silencio que siguió fue espeso, denso, tenso. Escuchaba los látidos de mi corazón tan fuerte que llegué a pensar que él también los debía escuchar. Él permanecía a mi lado con los ojos bajos, casi manteniendo la respiración, convencido de que le diría que no. Y la respuesta debía de haber sido un no, pero me escuché decir que sí... que posaría desnuda. Porque él quería pintarme, porque no me quería desdecir, porque siempre supe que él sería uno de los grandes pintores de la historia, y porque, esa fue su manera de decirme que quería verme desnuda, y lo cierto era que yo quería que me viera.
   El resto lo han difuminado los años, las noches esperandole en aquel estudio, noches blancas que yo pasaba torturada por los celos, sabiendo que también pintaba desnudas a otras. Los años de miseria y hambre, cuando tenía que pedir dinero por carta a casa, para poder pagar la cuenta del horno y un poco de carbón para la estufa y el alquiler, claro, porque si ya era difícil soportar el invierno en aquel estudio donde todo eran corrientes de aire, haber tenido que dormir orilla del río hubiera sido mi muerte y la suya. Y luego el exito que cuando llegó le cambió el caracter, hasta convertirle en un desconocido y abandonarle una noche aprovechando su ausencia después de buscarme y no verme ya en sus ojos.
   Todo eso se ha ido perdiendo, como todas las lágrimas que derramé... como todas las risas con las que llené algunas de sus noches.
   Pero cuando miro el cuadro recuerdo perfectamente su voz diciendome que moviese un poco la mano... escondiendo el paraiso que sólo sus ojos podían ver...




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