El tío Ricardo y la tía Eulalia

El tío Ricardo y la tía Eulalia, antes de que nacieran mis primos, esos primos a los que nunca vemos, antes de que muriese el abuelo y se acabaran las comidas familiares y todo lo demás. A veces al ver antiguas fotos echo de menos al tío Ricardo, a la tía Eulalia un poco menos, porque desde siempre hubo algo entre ella y nosotras, porque sin darse cuenta arrugaba la nariz cuando mi hermana o yo la llamabamos tía y nos explicaba que nuestro tío era el tío Ricardo que era hermano de nuestro padre, que ella en realidad no era tan tía nuestra como de sus otras sobrinas, las hijas de su hermano. Lazos de sangre que mi hermana y yo no entendíamos del todo. Pero al principio, cuando eran recién casados todo seguía igual, el tío Ricardo venía a las comidas familiares cargado de regalos para sus niñas, que eramos nosotras, aunque siempre nos quejasemos porque no eramos tan niñas, y mi tía arrugase la nariz sin darse cuenta y le reprochase en susurros, que estoy segura de que sabía que escuchabamos, el dinero que se gastaba en caprichos para nosotras. Pero el tío Ricardo se reía y decía que hasta que no tuviera hijas a las que agasajar con regalos, seguiría comprandonos tonterías siempre que viera algo que le hiciera pensar en nosotras, y aquello se cumplió como una profecía, porque en cuanto nació su primer hijo pareció olvidarse de nosotras... claro que todo empezó antes, cuando el abuelo murió, y mi padre y el tío Ricardo discutían sobre que era lo correcto, recuerdo esas conversaciones que mis padres tenían en voz baja cuando creían que nosotras dormíamos, sobre últimas voluntades, sobre locura, sobre avaricia y sobre las cosas que hay que hacer aunque a uno no le gusten y no esté de acuerdo. Nadie dijo claramente cuales eran las posturas, pero creo que la viuda de mi otro tío, del tío Alberto, tenía algo que ver con aquellas discusiones, pero como digo, yo era aún muy joven y nadie quiso contarme nunca lo que había pasado. Solo sé que tras la muerte del abuelo, mi padre y mi tío que tanto se querían se fueron distanciando, y que en los intentos posteriores que hicieron para comer juntos, la cosa acabó en gritos y recriminaciones, matando así la poca buena voluntad de reconciliación que había por ambas partes.

No hay comentarios: