Desear: es esperar casi conteniendo el aliento que alguno de nuestros sueños se haga realidad, o mejor aún, que la realidad sea mejor que todo lo soñado y que nos sorprenda con un momento inolvidable, que al final es en lo que podemos resumir la felicidad, en momento fugaces que si no estamos atentos se nos podrían escapar.
Besos: dulces, salados, cortos, largos, justos, necesarios, bonitos, húmedos, eternos, que prometen llevarte al cielo, que te cuentan secretos, que te dan certezas que un segundo antes creías que no podrías tener y que te hacen cerrar los ojos deseando fundidos en negro.
Jane sintió que el nudo en la garganta la ahogaba, la sensación de incomprensión, de no poder decir nada, de que su mundo se caía a pedazos y que no había manera de recomponerlo. Sintió un frío desconocido en el corazón y una horrible sensación de indefensión, de vulnerabilidad total y absoluta y de que cualquier palabra podría hacer que se rompiese en dos, como si fuera de cristal. Pensar en no volver a besarlo mas volvía el aire espeso y enturbiaba los colores de las cosas que la rodeaban. Se despertó con el regusto amargo que dejan las pesadillas, y se acurrucó contra él, que la abrazó en sueños y con un beso le devolvió la tranquilidad que le habían quitado las pesadillas.
*Cuadro de Toulouse Lautrec
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