Finales

Siempre quise ser bailarina de cancan. Aunque también soñé alguna vez que quería ser pintora impresionista, bailarina de Degas, bohemia que capta las luces de la estación de trenes y pianista profesional. hubo un momento en que me dio por pensar que podría intentar escribir relatos, pequeñas pinceladas de letras, poco mas...

Pero el tiempo y los silencios me han demostrado que esta última idea no era buena. Quizás debí hablar mas y escribir menos, quizás debí decir quien era desde el primer momento, pero la tentación de demostrarme a mí misma si las cosas eran en realidad como las intuía fue mas fuerte y así me demostré que sí, que las cosas funcionan exactamente como creía. Aunque también he descubierto que hay personas capaces de reconocerte la voz aunque uses mayúsculas, y personas que han llegado aquí por casualidad y que han tenido el detalle de dejar un comentario a mis intentos de relatos.

El caso es que siempre quise ser bailarina de cancan, siempre preferí ser pintora impresionista como Mary Cassat, Berthe Morrisot o Eva Gonzales a ser musa de un pintor. Desde pequeñita quise ser una de las bailarinas que tomaban clases en los cuadros de Degas, y no puedo evitar entornar los ojos en las estaciones recordando los cuadros de Monet jugando con las luces y las sombras. Lo del piano quedó descartado hace muchos años, cuando descubrí que no se me daba del todo bien. Escribir es distinto, pero hoy no me apetece hablar de eso, hoy sólo entro para colgar el cartel de cerrado, al menos de momento, y para admitir que me he divertido contandote cuentos que usaban como coartadas algunos de mis cuadros favoritos.


* Cuadro de Manet

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